Ya lo habréis podido comprobar. Exceptuando a Aitor, Carlos, Juan, Samir, Míriam, y Francisco, la cosa no ha ido bien. Después del recreo hemos estado hablando, y hemos llegado a la siguiente conclusión: muchos (por no decir la inmensa mayoría) de los que han suspendido, no atienden en clase. Citaré textualmente a Carlos, que en un momento dado ha levantado ambas manos, indignado, y ha dicho:
"¡Pero si es que es normal que no sepáis; os pasáis todo el día
enredando con los lápices y los dibujtos sin atender!"
Hemos identificado que el problema es la falta de atención. En esa línea, hemos buscado la siguiente solución: los alumnos que mejor van en matemáticas se han ofrecido a hacerse cargo de otros dos o tres que no van tan bien. Hemos formado grupos de trabajo. La idea es que éstos alumnos que saben más hagan de intermediarios, y también de focalizadores de atención hacia el maestro. Se ha puesto en práctica a última hora con unos problemas de mates y con una traducción de Inglés, y la cosa ha parecido funcionar bastante bien. Veremos cómo evoluciona.
La semana que viene los alumnos que han fallado en el examen lo van a repetir, esta vez ayudados por sus nuevos jefes de equipo. A ver si así conseguimos que, de una vez por todas, entre en la cabeza eso de kilos, medios kilos, cuartos de kilo, correspondencias con gramos, litros, medios litros, cuartos de litro y centilitros.
Sintiendo en el alma el mal resultado obtenido, y prometiendo seguir trabajando para enmendarlo, recibid un cordial saludo.
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