miércoles, 28 de noviembre de 2018

El violín encantado IV.


Resultado de imagen de violín
Violín antiguo.
Admir estuvo más de cuarenta días trabajando. Y por fin terminó. Limpió el instrumento con un paño, lo dejó encima de su mesa de trabajo y se sentó a contemplarlo. Era bonito. Más oscuro que de costumbre. Más pequeño que los que él solía hacer. Pero bonito al fin y al cabo. Después de haberlo mirado durante más de una hora se levantó, se fue al cobertizo trasero a lavarse, se puso ropa limpia y fue a buscar a Pèrlav. Hacía mucho que no le veía, y deseaba hablar con él para disculparse por haber estado tanto tiempo sin verle. Irían a tomar algo juntos y luego probarían el nuevo violín.

Cuando llegó a casa de Pèrlav se encontró las puertas abiertas, y un montón de soldados armados con lanzas y espadas. Estaban buscando algo, porque habían revuelto toda la casa: los armarios estaban abiertos, la ropa amontonada en el suelo, las mesas patas arriba, los platos y vasos hechos añicos...
  • ¿Qué pasa aquí?
  • Siga circulando, caballero. Aquí no se le ha perdido nada.
  • ¿Dónde está Pèrlav?
  • ¿Conoce usted a Pèrlav Bodinescu?
  • Sí. Es mi amigo ¿Le ha pasado algo?
  • Resultado de imagen de casa sfatului
    Casa Sfatului.
    Su amigo está detenido en las mazmorras de la casa Sfatului. Está acusado de robo. Hace dos noches, Pèrlav Bodinescu estaba tocando con otros músicos en casa del Barón Molodin. Cuando la fiesta ya acababa una sirvienta advirtió que faltaban varias cucharas de plata y una... una copa de oro. Hemos registrado las viviendas de la gente que estuvo en la fiesta. Las cucharas han aparecido en el estuche del violín de su amigo, por lo que todos pensamos que él es el culpable del robo. Ahora estamos buscando la copa de oro, que seguro estará escondida en algún rincón de la casa. Mañana Pèrlav Bodinescu comparecerá ante el juez, y posiblemente le corten las manos ¡Así castigamos a los ladrones en Brasov!
  • ¡Pero eso es una barbaridad! Si le cortáis las manos Pèrlav no podrá coger nada, ni comer, ni lavarse, ni vestirse. Y tampoco podrá tocar el violín. Y no podrá trabajar ni ganar dinero, y se volverá pobre y desgraciado. Además, sinceramente, no creo que Pèrlav haya robado nada. No le hace falta, puesto que gana muchos florines con los conciertos que ofrece.
  • Si quieres defender a tu amigo, ve ante el juez y explícale todo lo que quieras. Yo simplemente soy un soldado, y me limito a cumplir las órdenes que recibo ¡Buenos días!

No hay comentarios:

Publicar un comentario