lunes, 25 de febrero de 2019

El violín encantado XXVII.

Resultado de imagen de grosellas
Grosellas.

Así pues reanudaron la marcha, esta vez con los ojos bien abiertos para encontrar comida. No tardaron mucho en hallar algunos arándanos y grosellas, que devoraron con el ansia propia de quien lleva más de un día sin comer. Sin embargo aquellos frutos del bosque apenas sí servían para engañar un poco al estómago. Hasta que al final, en el fondo de una hondonada, vieron un árbol alto y esbelto con las hojas amarillentas.

  • ¡Dios, mío, qué ven mis ojos! - dijo Admir.
  • ¿Qué? - contestó Pèrlav.
  • ¿No lo ves? Allí al fondo, en la hondonada ¡Un nogal! Vamos a acercarnos. Seguro que tiene nueces. Si conseguimos encontrar unas cuantas por fin comeremos como Dios manda. Las nueces alimentan mucho más que todos los frutos que hemos comido hasta ahora.

Resultado de imagen de arándanos
Arándanos.
Y efectivamente, el nogal estaba cuajado de nueces. En las ramas, en el suelo... Aquello era un festín en toda regla. Los dos amigos se apresuraron a llenarse los bolsillos con todas las que pudieron. Llevaban ya más de cien cada uno, y no podían parar. Quién sabe cuándo volverían a terner la posibilidad de aprovisionarse de alimento. Pèrlav estaba tan entusiasmado con la recolección que no se dio cuenta de que Admir se había quedado quieto, de pie, sin moverse, mirando hacia lo más oscuro del bosque.





Resultado de imagen de Nogal
Nogal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario