viernes, 14 de diciembre de 2018

El violín encantado XII


Admir se retiró del ventanuco. Miró a su alrededor ¡Cuánta gente había en el mercado! Luego acercó sus labios al saco y dijo así:
  • ¿Has escuchado la conversación?
  • Sí.
  • ¿Y qué te parece?
  • Me parece que el preso puede estar engañándote ¿Por qué no intentas hablar de nuevo con el guardia? Quizá él sepa dónde está ahora Pérlav.
  • Pero es que ayer me dijo que si volvía a verme por la prisión me metería en una celda.
  • Humm. Ya veo. Eso lo cambia todo. No hay tiempo que perder ¿Llevas encima 5 florines?
  • No. Eso es mucho dinero. En casa sí que tengo.
  • Pues vamos a por ellos.

Admir encaminó sus pasos nuevamente hacia casa. Era mediodía, y la ciudad bullía de gente. Los campesinos de las afueras vendían productos de la huerta, los granjeros huevos, gallinas y cerdos, los herreros amartillaban el hierro para fabricar herraduras y cuchillos, los tejedores tejían, los plateros fundían oro y plata... Era un bonito día de sábado. Admir acercó sus labios a la boca del saco y en voz baja, casi susurrando, habló así:

  • ¡Ehhh! ¿Me escuchas?
  • Sí ¿Quieres algo?
  • Sí. Me acabo de dar cuenta de que no sé tu nombre. Llevo toda la tarde de ayer y toda esta mañana llamándote violín ¿Cómo te llamas?
  • No lo sé. Creo que no tengo nombre.
  • Humm. Eso no es bueno. Tenemos que buscarte uno ¿Te gustaría tener un nombre, violín?
  • Pffff. La verdad es que me da un poco igual. Que me llames violín ya me viene bien. Al fin y al cabo es lo que soy.
  • Pero tú eres especial, porque hablas y eso te hace diferente al resto de violines del mundo. Necesito darte un nombre propio. A ver, déjame que piense. Seguro que se me ocurre alguno ¿Qué tal Brozof?
  • ¿Brozof? Pffff. Para llamarme así, prefiero seguir llamándome violín. Brozov dice. Brozov suena a bruto. Quizá para un violonchelo o un contrabajo... Pero yo soy un delicado y sonoro violín. No, no quiero llamarme Brozov.
  • Es verdad. Brozov no te pega en absoluto. Es un nombre para algo grande; y tú eres muy pequeño ¿Qué tal si te llamo Froenia? Froenia es alegre y brillante. Suena a primavera, a flores y a hierba verde; también a fuente de montaña, limpia y fría.
  • Froenia está mejor. Sí, muy bonito. Pero resulta que es nombre de chica ¿No lo ves? Froenia valdría para una trompeta, una viola o una flauta. Pero yo soy EL violín. Soy masculino. Macho.
  • Bueeno. Vemaos. Para encontarte un buen nombre tengo que pensar en cómo naciste. Eres de madera e abeto. Sí. Y de la luz de un rayo. Abeto, luz, rayo. Amur. Altur, Azur... ¡Ya lo tengo! ¿Por qué no te llamamos Alur? A de abeto, LU de luz y R de rayo A – LU – R.
  • Alur... No está mal. Si te hace feliz, llámame así. Mejor que Brozov y Froenia, cualquier cosa.
  • Pues a partir de ahora ése será tu nombre. Yo te bautizo como Alur, violín de la tormenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario